Con una voz característica, en 1980 reemplazó al fallecido Bon Scott y comenzó a escribir una etapa de gloria junto al grupo surgido en Australia
“Tuve algunas noches largas y noches geniales; algunos días malos y muchos días buenos. Y durante ese tiempo, pasé de ser un niño de coro a cantante de rock & roll”. La síntesis contundente con la que Brian Johnson dibuja su paso por el mundo, es análoga a la que AC/DC le viene aplicando a su música para cautivar con su rock sólido a las multitudes alrededor del mundo. Juntos a la par: la simbiosis entre el cantante inglés y la banda surgida en Australia -aunque liderada por el guitarrista escoces Angus Young– viene desde el 8 de abril de 1980, cuando fue oficializado como reemplazo de Bon Scott, fallecido en febrero de ese año.
Para contar la historia del cantante hay que rebobinar hasta la Segunda Guerra Mundial. Alan Johnson era un soldado inglés que luchó contra los nazis en Italia. Allí conoció a Ester de Luca, quien nació cerca de Roma. Del amor entre ambos nacieron Maurice, Julie y Brian, quien vio la luz el 5 de octubre de 1947 en Dunston, Inglaterra, sobre las cenizas de la guerra.
En los primeros años de su vida, el pequeño Brian iba al coro de la iglesia y fue parte de los boy scouts. Pero su vida cambió rotundamente el día que vio a Little Richard en la BBC. Ahí supo que quería ser parte del rock and roll. La primera banda que integró fue Gobi Desert Canoe Club. También estuvo en otra llamada Fresh. Hacia 1970, estuvo en The Jasper Hart Band, con la que interpretaba canciones del clásico musical Hair, así como también otras canciones pop que estaban de moda en aquella época. Tiempo después, Brian y otros miembros de ese grupo juntaron su experiencia para armar Geordie, un proyecto motivado por el glam rock.
Mientras hacía camino en la ruta del rock, Brian era cabeza de familia (estaba casado con Carol y tuvieron a dos hijas, Joanne y Kala) y además trabajaba como mecánico en su taller de automóviles. Esa es su otra pasión. Breve paréntesis temporal: en 2012, Johnson firmó el libro “Rockers and Rollers: A Full-Throttle Memoir”, en el que escribió acerca de su amor por los autos y los deportes del motor. Ese fanatismo lo llevó a participar de algunas competencias y también a ser dueño de una colección de vehículos valuada en más de 220 millones de euros: tiene más de una Ferrari y más de Rolls Royce, así también como un moderno Fiat 500 Abarth y un Mini Cooper de los años 60s, entre muchos otros.
Volvamos a los 70s: en 1973, Geordie logró colar su canción “All Because of You” en el top 10 británico. Pero más allá de este éxito, la voz de Brian Johnson marcó especialmente a otro rockero. Nada menos que a Bon Scott. En ese momento, Scott era parte de Fraternity, banda que alguna vez compartió escenario con Geordie. Ahí fue que se vio fascinado por la interpretación vocal de Brian, según reveló Angus Young en febrero de este año.
“La primera vez que escuché el nombre de Brian Johnson fue de parte de Bon. Él mencionó que había estado en Inglaterra de gira con una banda y había conocido a Geordie y a su cantante. Entonces, Scott dijo: ‘Brian Johnson es un gran cantante de rock and roll al estilo de Little Richard’. Creo que cuando vio a Brian en ese momento para Bon fue: ‘OK, este tipo sabe de qué se trata el rock and roll’. Supongo que cuando decidimos continuar después de la muerte de Bon, Brian fue el primer nombre que se nos ocurrió a Malcolm y a mí“, recordó el célebre guitarrista.
El 19 de febrero de 1980 y a los 33 años de edad, falleció Bon Scott. Su certificado de defunción aseguraba que su muerte había ocurrido por intoxicación etílica. El resto de los AC/DC decidieron seguir adelante, considerando que eso es lo que hubiera querido Scott. Entonces, comenzaron los audiciones: Buzz Shearman y Terry Slesser eran los candidatos con más posibilidades. Pero una leyenda nunca confirmada del todo dice que un fan le envió a Peter Mensch -manager del grupo- un casette de Johnson cantando con Geordie y Mensch decidió remitirlo a la banda. Ahí fue que los músicos recordaron al cantante que había deslumbrado a Scott y lo llamaron para una prueba.
En marzo de ese año, Johnson viajó a Londres y le devolvió la sonrisa a los AC/DC. “Brian tenía lágrimas en los ojos. Estaba tan triste por Bon como nosotros”, contó alguna vez Malcolm Young (el otro guitarrista y hermano de Angus, fallecido en 2017). “Pero después cantó muy bien y nosotros nos sentimos genial con ese encuentro. Así que empezamos a trabajar con él”, agregó.
Para la banda, ese momento que ya de por sí era bisagra, estuvo signado por la salida de Back In Black: el séptimo disco de estudio de AC/DC se convirtió en uno de los discos más vendidos de la historia. Pero las cosas no fueron tan sencillas. “Una de las cosas que más recuerdo de estar en Bahamas es que no me salían las letras. Un día me ve el productor del disco en el desayuno y me pregunta si todo estaba bien, yo le digo que sí. Enseguida llegó lo que llaman una tormenta tropical, el cielo se puso negro, empezaron a sonar los truenos”, recordó Johnson. Entonces, cedió el bloqueo mental y comenzó a fluir lo que se transformaría en la letra de “Hell’s Bells”, una de las canciones más icónicas de aquel disco.
AC/DC – Back In Black
“La lluvia torrencial viniendo como un huracán, el destello de luz blanca… Realmente me dieron un informe del tiempo. Todos esos factores ayudaron y cuando las cosas son tan geniales, cuando las cosas suceden tan rápido, no te das cuenta”, dijo Brian al respecto, quien desde ese momento dejó registrada su voz potente y chillona en AC/DC, tan característica como su boina de mecánico.
Back In Black cimentó el posterior éxito de AC/DC, quien se volvió un gran número de estadios realizando giras multitudinarias alrededor del mundo. En Argentina, el grupo tocó por primera vez en octubre de 1996 en el estadio de River Plate. Poco más de trece años después, en diciembre de 2009, volvieron al Monumental en el marco del Black Ice Tour y dejaron para la posteridad un gran registro: el cd/dvd Live at River Plate, editado en 2012.
AC/DC – Highway to Hell (Live At River Plate, December 2009)
El 28 de febrero de 2016 es una de las fechas importantes en el calendario de Brian Johnson. Ese día, en Kansas, Estados Unidos, fue su último show en AC/DC. En pleno Rock or Bust Tour, el cantante debió abandonar de golpe los escenarios para no quedarse completamente sordo. Así y para completar el resto de la gira, la banda convocó a Axl Rose.
Pero no fue la distorsión del rock lo que dañó los oídos de Brian. En una entrevista con el célebre conductor de radio Howard Stern contó: “Tengo pérdida auditiva en el oído izquierdo. Pero no fue por la música, fue por estar sentado en un auto de carreras demasiado tiempo y sin tapones para los oídos”, dijo. Y describió: “Escuché estallar mi tímpano porque olvidé ponerme los tapones debajo del casco. Así sucedió. La música no tuvo nada que ver con eso”, reafirmó Brian.
Después de someterse a un tratamiento, Johnson se recuperó y volvió a ocupar el micrófono de AC/DC: su regreso se cristalizó en el álbum Power Up, editado en 2020 y primer trabajo del grupo tras la muerte de Malcolm Young, uno de los fundadores. “Mi médico me dijo: ‘Si seguís cantando, vas a quedar sordo como una piedra’”, reveló Brian en una entrevista con la que promocionó la salida de este disco, el número 13 desde que está al frente de la banda.
El próximo 26 de octubre se publicará el segundo libro de Johnson, el cual se titula “The Lives of Brian” (“Las vidas de Brian”). Allí se podrán leer, de primera mano, las memorias de esta leyenda del rock y “amante de la adrenalina”, tal como se autodefine quien hoy cumple 74 años.