Referenciando a Pereza en su canción ‘Princesas’, a menudo “cualquier excusa, una chorrada, es buena para brindar”. La música siempre ha sido motivo de celebración fuera y dentro de nuestras fronteras, con distintas festividades homenajeándola en el calendario. Pero si hay una fecha señalada que se nos grabó a fuego sobre todo en la época del colegio es Santa Cecilia. Considerada la patrona de la música por la Iglesia Católica, el día de su fallecimiento, un 22 de noviembre, fue nombrado el Día de la Música. Seas religioso o no, toques instrumentos o no, te hayan apuntado a un conservatorio de pequeño o no. Lo cierto es que, como decimos, cualquier excusa es buena para celebrar ese algo que a muchos nos hace la vida mucho más sencilla, divertida y estimulante. Tan chorrada no será.
La música nos acompaña en todo lo que hagamos, en momentos más banales y cotidianos en los que solo necesitamos desconectar de la aburrida realidad, y en otros que se nos quedan grabados en la memoria para siempre. Porque si algo caracteriza a este tipo de arte es su capacidad para teletransportarte en el tiempo. Las canciones tienen ese poder mágico de crear emociones (prácticamente como los olores) que hacen que, con solo escuchar un acorde, un ritmo o una voz, tu mente viaje a otros lugares o rincones del pasado. Un fenómeno inigualable que, además de ser una fantasía sensorial, es gratis. Y eso hoy en día es un lujo.
Pero la música no solo forma parte de nuestra vida a nivel emocional o pasional. También posee infinitos beneficios para la salud mental, la memoria o el funcionamiento cognitivo en general. Cuando escuchamos a nuestro artista favorito o descubrimos esa banda nueva que no hace más que sonar en la radio, nuestro cerebro se da cuenta y se activan las hormonas de la felicidad, es decir, tus besties: la serotonina y la dopamina. Y por eso, escuchar música en tu tiempo libre es sinónimo de bienestar y autocuidado. Así que, con todo este abanico de bondades, ¿cómo no vamos a celebrar la música día sí y día también?
Para ello, en Esquire hemos decidido complicarnos la vida y seleccionar, dentro de un criterio universal, las 20 canciones más famosas de la historia de la música. Aquellas que puede haber escuchado tu abuela y que seguramente escuchará tu nieto. Las que son reconocibles estés donde estés en cualquier momento y lugar del planeta Tierra, y que, por arte de magia, sabes su letra de pé a pá. Admitámoslo, si nos hubiésemos sabido igual de bien las lyrics de estas canciones que la lección de Conocimiento del Medio de ese examen de 4º de Primaria, más de un castigo nos hubiésemos ahorrado.